En la tarde del viernes 17 de octubre, se celebraron en la capilla del Colegio Sagrados Corazones de Álvarez las confirmaciones de los jóvenes del Colegio SS.CC. Monjas Francesas de Viña del Mar y del Liceo Nuestra Señora de la Paz. La ceremonia fue presidida por Monseñor Jorge Vega Velasco, Obispo de la Diócesis de Valparaíso, y concelebrada por el José Pablo Valencia, el padre “Jota”, junto al Padre Jaime Muñoz quienes han acompañado a los jóvenes en distintos momentos.
Bajo el lema “El Espíritu del Señor está sobre mí” (Lc 4,18), los jóvenes confirmados, acompañados por sus familias, padrinos, educadores y comunidades pastorales, vivieron este momento, renovando su compromiso de seguir a Jesús con libertad y comprometidos con la espiritualidad que han recibido en su formación Sagrados Corazones.
Durante su tiempo de preparación, los estudiantes participaron en encuentros y retiros que los ayudaron a reconocer la acción del Espíritu en sus vidas y a fortalecer su deseo de ser testigos del Evangelio en sus ambientes cotidianos. Al recibir el Sacramento de la Confirmación, reafirman su compromiso de dar testimonio de su fe “con la palabra y juntamente con las obras”, como recuerda el Concilio Vaticano II.
La celebración incluyó signos significativos vividos durante su proceso: las cadenas, que representaron los lazos que los unen a Dios; los mandalas comunitarios, símbolo del trabajo compartido y de la presencia del Espíritu; y el muro de los compromisos, donde cada joven expresó su decisión libre de seguir construyendo una fe viva y comprometida como ciudadanos del mundo.
Al finalizar la Eucaristía, los confirmados recibieron la cruz de los Sagrados Corazones, signo del amor que entrega la vida y resucita, como envío a vivir su fe con esperanza, alegría y servicio.
Esta celebración fue también expresión de comunión entre dos comunidades educativas que comparten un mismo carisma y misión: formar corazones nuevos para un mundo mejor, encendiendo en los jóvenes el fuego del Espíritu y el deseo de transformar la realidad desde el amor de Jesús y María.
